Pelourinho de Braga

Importante vestigio de principios del siglo XVI, con rasgos manuelinos.

Comparte:

La picota de Braga, actualmente representada por fragmentos conservados en el claustro de la Catedral, es un importante vestigio de principios del siglo XVI, de características manuelinas. Se conserva la base paralelepípeda con molduras redondeadas, una sección del fuste cilíndrico y parte del remate cúbico, decorado con esferas armilares y armas episcopales y reales. Estos elementos apuntan a una relación con el arzobispo D. Diogo de Sousa, que gobernó la diócesis a partir de 1505, durante el reinado del rey Manuel.

El monumento ha tenido varias ubicaciones: en el siglo XV estaba frente a la Catedral y el antiguo Ayuntamiento; en 1694 se colocó en el Campo de Santana (actual Avenida Central) y, en 1844, fue trasladado por el Ayuntamiento al Campo dos Touros, donde permaneció hasta 1853.

Su simbolismo se explica por el papel central de la Iglesia en el desarrollo de Braga desde el siglo XI, cuando Pedro, el primer obispo, reorganizó la diócesis e inició la construcción de la catedral. La ciudad, que fue entregada a Teresa en 1094 por Alfonso VI de Castilla al casarse con Enrique de Borgoña, creció bajo el liderazgo de obispos y arzobispos, ganándose el título de Ciudad de los Arzobispos y reforzando el vínculo entre el poder eclesiástico y la Corona, reflejado en las armas que decoran la picota.