Donde el río se encuentra con el verano

Braga también suena a agua: fresca, viva, cristalina. En sus playas fluviales, como Adaúfe o Merelim, el tiempo se ralentiza y la naturaleza te envuelve. Son escenarios de verano con sombras verdes y risas hechas de sol, donde el río corre libre, como un susurro de descanso y libertad. Aquí, el calor se refugia y la ciudad respira en armonía con el agua.